lunes, 20 de agosto de 2012

Impacto de la guerra fría en Chile

La Guerra Fría fue un período de enfrentamiento indirecto entre el bloque capitalista, encabezado por Estados Unidos, y el socialista liderado por la Unión Soviética, entre 1947 y 1991. Aunque la rivalidad entre ambos países nunca se materializó en un choque directo, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética extrapolaron sus conflictos más allá de sus fronteras, articulando ejes de influencias con países aliados o satélites, en los que sí se enfrentaron.

Las administraciones norteamericanas no han dudado en apoyar dictaduras militares conservadoras y fuertemente represivas. Para los políticos de Washington, los movimientos reformistas o revolucionarios en el continente americano no sólo eran una respuesta a las fuertes desigualdades sociales sino que también eran acciones desestabilizadoras orquestadas desde Moscú o La Habana con el objetivo de establecer regímenes aliados al bloque soviético. La amplitud de los intereses económicos norteamericanos en la región y su proximidad geográfica reforzaban esta actitud.


CHILE


En 1964 ganó el Partido Demócrata Cristiano (de formación reciente, pero con un claro origen desde el principio del siglo XX) con Eduardo Frei Montalva. Su victoria fue amplia y nuevamente Salvador Allende fue derrotado en las elecciones presidenciales. Frei Montalva buscó reformar la economía, pero las medidas que tomó le quitaron el apoyo de empresarios y de los sectores populares.

En la izquierda chilena se unieron los partidos socialista, comunista, los radicales y se formó la Unidad Popular. La coalición ganó la presidencia en 1970 con Salvador Allende por un margen muy pequeño. Este gobierno tuvo que enfrentar a un importante sector opositor. 

Allende nacionalizó los monopolios, el estado tomó control sobre los precios, favoreció la relación con otros estados socialistas, entre otras cosas. Los grupos revolucionarios presionaron al gobierno para que tomara medidas más radicales y la derecha estaba en profundo desacuerdo con la postura que el gobierno había asumido. Estas diferencias políticas causaron grandes conflictos y la economía declinó gracias a los problemas internos y a un bloqueo (que no fue reconocido abiertamente) por parte de Los Estados Unidos. Éste país se oponía al gobierno socialista y antiimperialista de Chile. Hubo una fuerte crisis que Allende no pudo detener aunque otorgó puestos en su gobierno a varios militares.


GOLPE DE ESTADO


El 11 de septiembre de 1973 hubo una intervención militar al mando del general Augusto Pinochet para quitar del poder a Salvador Allende que murió en el ataque a la sede presidencial “La Moneda”. 

El golpe fue planeado inicialmente por un sector de la Armada de Chile, con el apoyo de los Estados Unidos. Posteriormente, se agregaron generales de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. El comandante en jefe del ejército, general Augusto Pinochet asumió la dirección del complot. También hubo influencia de parte de varios grupos de poder nacionales e internacionales, entre los que destaca el presidente Nixon, el vicepresidente de EEUU, Gerald Ford, George H. W. Bush y la CIA. 

 



Después del golpe de Estado, los que apoyaban al presidente Allende sufrieron las injusticias del nuevo gobierno. Algunos desaparecieron, otros fueron asesinados, muchas personas fueron encarceladas y torturadas, otros se escondieron, pero pocos se salvaron, registrándose al menos 28.259 víctimas de prisión política y tortura, 2.298 ejecutados y 1.209 detenidos desaparecidos.


Durante este período, Chile experimentó una importante transformación económica, política y social. En lo estrictamente económico significó un cambio radical de orientación del papel del Estado de un rol productor e interventor, a uno de tipo subsidiario, inspirado en las doctrinas económicas neoliberales. En lo social significó el dominio sin contrapeso de los sectores empresariales, el aumento sostenido de la desigualdad de ingreso, junto con un incremento en la precariedad e inestabilidad laboral de los sectores asalariados. En lo cultural, dio lugar al denominado "apagón cultural", caracterizado por la represión y autorrepresión de ciertas manifestaciones culturales consideradas contrarias a la línea oficial.



La dictadura militar se mantuvo hasta 1988 cuando las presiones de la oposición a favor de la democracia restaron fuerza política a Pinochet, quien no tuvo más remedio que aceptar los resultados de un plebiscito por el cual la mayoría (55%) de los votantes chilenos contestaba con un no” a la continuidad del régimen. Pinochet dejó el poder, pero mantuvo su cargo de comandante en jefe del Ejército. Las elecciones presidenciales celebradas en diciembre de 1989, que restauraban la democracia en el país, dieron el triunfo a Patricio Alwyn, del Partido Cristiano-Demócrata.